domingo, 6 de diciembre de 2009

EL DIA QUE LA PATRIA LLORO


“La vida, cuando se tiene de ella concepto honorable,
es dura milicia.”
Luis Alberto de Herrera

Eran las 5 de la mañana, sonó el despertador, apenas un par de horas antes habíamos logrado conciliar el sueño, era 29 de noviembre.

Aquel día, la ciudadanía debía elegir entre dos opciones claramente definidas de país, representadas por personas también ubicadas en las antípodas del pensamiento, con vidas absolutamente distintas, a la vez que cargaban sobre sus hombros trayectorias diferentes en lo que refiere a su posicionamiento frente a las instituciones y la democracia; ante esto: ¿Qué podía suceder? ¿Era tan difícil la elección? ¿Qué podía acontecer que hiciera que la mayoría del pueblo optara por aquel candidato que rompía con las tradiciones nacionales mas preciadas, con nuestros valores y principios tal y como los concebimos?. Adelantándose a lo que ocurriría esa jornada, desde temprano se anunciaba un alerta metereológico para todo el país.

El día transcurrió ágilmente, como si no existiera el reloj, de un extremo al otro de la ciudad se colaboraba con el propósito de que todos los orientales, que estaban en condiciones de hacerlo, pudieran emitir su sufragio.

Casi sin advertirlo eran las cinco de la tarde, hora de votar. La importancia de esos escasos minutos que nos igualan a todos en un acto materialmente tan sencillo pero, sustancialmente tan importante, de pararnos frente a una urna y entregar en custodia nuestra porción de soberanía, no quería que se desperdiciara sin que sirviera también para enseñar ciudadanía: vote con Victoria (mi hija de cuatro años), mientras que Paz (de nueve meses) miraba desde los brazos de su madre. Victoria estaba nerviosa al depositar ella misma el sobre en la urna, “¿lo hice bien?” preguntó, “perfecto, me siento muy orgulloso” conteste, y ella sonrió.

La radio permanentemente anunciaba la inminente tormenta que se avecinaba, “alerta naranja” decían, “no sería para tanto” pensé.

Hora 20:30: El Sr. José Mujica, Presidente de la República. Comenzó el temporal.

Muchas pueden ser las causas de este desenlace, demasiados los factores que pueden haber determinado que el pueblo se inclinara por la fórmula encabezada por el Sr. Mujica, quien a partir del 1 de marzo de 2010 será Presidente de la República. No es intención de estas líneas, efectuar un análisis detallado de las causas y concausas esgrimidas, sino que, simplemente, manifestar algunas apreciaciones que como Blanco y Demócrata no puedo, no debo, dejar de señalar.

En primer lugar, decir claramente, que respetamos y acatamos la decisión de la mayoría de nuestro pueblo, y por tanto, como demócrata de todas las horas y no solamente cuando nuestras ideas son acompañadas por el sufragio popular, debemos expresar que el Sr. José Mujica será nuestro Presidente.

Seguidamente, es imperioso resaltar el esfuerzo, responsabilidad, dedicación y compromiso de los Dres. Luís Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga, ya que jamás retacearon en su entrega a favor de los intereses de la Patria, a pesar de lo difícil del camino, de los múltiples “frentes” que se debieron combatir, y de algunos errores cometidos, fueron y son, ejemplo de la lucha desinteresada de nuestro Partido Nacional.

Lamentamos que la actitud antes comentada no se haya observado en todos aquellos de los que esperábamos igual entrega. La sensación de que a pesar del esfuerzo de algunos a lo largo y ancho de la Patria, muchos legisladores en actividad, electos o reelectos, futuros candidatos a Intendentes Departamentales, y dirigentes de nuestra fuerza política, no pudieron arribar al 29 de noviembre con la presunción de que “en el largo viaje y en la hora en que el crepúsculo de la mañana se confunde con la melancolía del crepúsculo de la tarde no hemos dejado olvidada, ni perdida ninguna prenda del apero” es imposible de disimular.

Asimismo, bueno es recordar que algunos actores políticos de otros partidos, se rasgaron las vestiduras en nombre de la Patria, pero confundieron el llamado de la responsabilidad del momento, con hacer aquello que se entendía como políticamente correcto. No se respondía a los intereses nacionales simplemente manifestando adhesión, era necesario, como en todos los aspectos de la vida, una actitud firme, decidida, contundente, inequívoca, en pocas palabras: responsable.

Lo hecho no fue suficiente, sin embargo, bueno es recordar, que el lunes 30 de noviembre amaneció un nuevo día, y el mismo encontró un compromiso que, no por ser eterno, no requiere ser recordado, el Partido Nacional, una vez más, será protector de la libertad, custodio de las instituciones y defensor de las leyes, ayer, hoy y siempre.
¡¡VIVA LA PATRIA!!

1 comentario:

  1. Segui adelante Pablito sin dejar olvidada nunca ninguna prenda del Apero y sin lugar a dudas siempre compartiremos como luminaria de nuestra lucha por las Ideas aquello de "...mas vale en el camino que en la posada..." Un gran abrazo

    ResponderEliminar