miércoles, 19 de abril de 2006

Festival del Reencuentro

Hoy es la primera sesión de este deliberativo, luego de concluída la tradicional semana de turismo o semana santa, por lo que es también la primera sesión luego de finalizada la expresión artística, cultural y turística mas relevante de este departamento, evidentemente que me estoy refiriendo al festival del reencuentro a orillas del río olimar, maestro Ruben Lena.

Nadie puede desconocer que particularmente este festival se caracterizo entre otras cosas por la incertidumbre previa vinculada a cuales serían los artistas que actuarían en el mismo, el tiempo que tendría cada artista para exponer su arte, incluso se dudo sobre la duración que este festival podría llegar a tener.

En definitiva, dudas generadas en parte por el hecho de ser el primer festival organizado, estructurado, delineado y planificado por un gobierno de izquierda, y en parte por la inestabilidad de conceptos, mal manejo de la información y desconocimiento que este gobierno ostentaba de lo que en verdad implicaba la organización de este festival tan querido y sentido por todos los treintaitresinos.

No es mi intención ingresar en un debate inacabable referente a si el festival del reencuentro estuvo bien o mal organizado, principalmente porque resulta claro que desde el oficialismo seguramente hoy mismo, se levantaran voces que busquen desprestigiar tanto a organizadores como organizaciones anteriores de este festival y alabar hasta el cansancio la actuación de la actual comisión de organización, del propio Intendente y del iluminado de turno que se contrato al efecto.

Pero si sería una actitud hipócrita de mi parte no decir hoy en esta junta mi parecer respecto a la organización y desarrollo del festival, en primer lugar porque tengo la firme convicción de que mis palabras reflejaran el sentir de gran parte del pueblo de treinta y tres y en segundo lugar porque no soy de callarme, al contrario, con respeto y tolerancia pero a la vez con firmeza y claridad digo siempre lo que pienso y pretendo que todos los treintaytresinos puedan gozar del mismo derecho.

Por consiguiente debo señalar que el festival, su organización, tuvo aciertos y errores.

Entre los aciertos, cabe destacar

Dando paso a los errores, se debe enfáticamente señalar que

Es denesnable que un gobierno municipal deba recurrir a la letra de un contrato, abusando del estado de necesidad de la parte más debil de esta relación contractual como lo es el artista, quien tiene necesidad de actuar, para acallar su voz, un gobierno municipal que se digne de ser justo, democrático en su proceder, tolerante y eficaz en su accionar, debe acallar las voces de protesta de su pueblo no con contratos, sino con hechos, construyendo realidades y no vendiendo o imponiendo utopías.

Por si algún ilustrado desconoce, en la democracia, desde una visión ideológica, se admite la coexistencia de doctrinas diversas, de opiniones diversas, se brega por la libertad ideológica plena cualquiera sea la opinión que se sostenga, especificamente nuestra Constitución de la República (a la que tanto he tenido que referirme en este plenario, lamentablemente siempre en casos en que la misma es olvidada por nuestros gobernantes de turno), se preve el derecho a la libertad de expresión del pensamiento en su artículo 29, expresión que según la propia Convención Americana de Derechos Humanos se entiende en dos dimensiones, una individual y una social o colectiva, lo que significa que nadie debe ser arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento, pero a la vez refleja un derecho colectivo a conocer la expresión del pensamiento ajeno.

Derecho de expresión del pensamiento que nuestro gobierno - conforme a las conclusiones de la Comisión Internacional para el estudio de los problemas de la comunicación en el ámbito de la UNESCO- tiene el deber, la obligación de tutelar y de incentivar en su ejercicio como forma de proteger la esencia misma de nuestro régimen, por lo que cualquier restricción a las posibilidades de divulgación, de diversidad y de pluralismo implica directamente un límite a este derecho. Resta señalar que de esto o bien se olvidaron o directamente lo ignoran. Quiero dejar claro que no estoy refiriéndome a si en un contrato con un gobierno municipal se puede o no incluir este tipo de clausulas, porque no da el tiempo en esta intervención para ello, si voy a decir, que resulta ética y moralmente reprochable tal proceder pues estoy convencido que el grado de plenitud en su ejercicio sirve como termómetro para medir el nivel de libertad y tolerancia existentes en un determinado régimen político, según HECTOR GROSS ESPIELL, esta libertad debe ser reconocida incluso cuando su ejercicio provoque, choque o inquiete.
GRACIAS SR. PRESIDENTE.-

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